6 de diciembre de 2007. "Fiesta nacional". Abro la ventana y me embarga una extraña sensación. Es como si el sol brillara más... Será que hoy los albañiles no están levantando polvo (y haciendo ruido), o que he dormido un poco más que de costumbre... o que hoy no tengo que ir a trabajar (lo cual no quiere decir que no trabaje, porque tengo mil cosas que hacer de la facultad).
Todo está tranquilo, sereno... demasiado quizá. Todo tiene un tinte melancólico, un matiz agridulce...
Por la tarde, acompaño a mi novio hasta la parada del autobús (el sí tiene que ir a trabajar). De vuelta, hay unos niños jugando a la pelota en la plaza que hay delante de mi piso. Doy una carrera para interrumpirles lo mismo posible, y al abrir la puerta del portal, sonrío.
Todo está tranquilo, sereno... demasiado quizá. Todo tiene un tinte melancólico, un matiz agridulce...
Por la tarde, acompaño a mi novio hasta la parada del autobús (el sí tiene que ir a trabajar). De vuelta, hay unos niños jugando a la pelota en la plaza que hay delante de mi piso. Doy una carrera para interrumpirles lo mismo posible, y al abrir la puerta del portal, sonrío.
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