Una quincena escasa para que el invierno se lleve lo que queda de otoño y apenas hemos sentido lo que es el frío. Y no vale decir que en Sevilla no hace frío, porque nevar no nevará (normalmente), y tampoco es que padezcamos temperaturas tan bajas como Madrid (por ejemplo), pero cuando dice a refrescar, refresca con todas las letras.
Y por lo visto, esto de que el calorcito dure más de la cuenta no es cosa sólo de estas tierras del sur. A mediados de octubre, en West Hampstead -al noroeste de Londres-, una dulce anciana inglesa enseñaba a un periodista español su jardín, repleto de rosas a pesar de lo avanzado del año. Sí señor, rosas en un jardín inglés en pleno otoño. Para que luego haya alguno que diga que eso del calentamiento global no es más que en cuento.